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Toxina Botulínica: OTRA ALTERNATIVA PARA EL TRATAMIENTO DEL BRUXISMO
El bruxismo corresponde a una patología en la cual los pacientes aprietan sus dientes de manera involuntaria durante el día o la noche. Aproximadamente el 30% de la población padece de bruxismo y esto les trae varias complicaciones y problemas además del desgaste de los dientes, como por ejemplo: dolores de cabeza, dolor en los músculos de la mandíbula, dolores de cuello e incluso dolores de oído. Además de todo esto, los pacientes con bruxismo despiertan cansados, ya que al estar realizando la contracción muscular excesiva de los músculos de la mandíbula durante la noche, no se descansa como corresponde, lo que conlleva a problemas de irritabilidad y mal humor por la falta de sueño.
Durante los últimos años y como tratamiento convencional se han utilizado con éxito los planos de alivio oclusal, más conocidos como «planos de relajación», los pacientes que lo usan, demuestran mejoría en todos los aspectos relacionados a los problemas del bruxismo, pero, ¿Que pasa con aquellos pacientes que no toleran un plano de ralajación? ¿Aquellos pacientes que se hacen un plano de relajación en la consulta dental y que jamás pudieron usarlo? ¿Aquellos pacientes que durante la noche se lo sacan de manera involuntaria? Pués para ellos actualmente recomendamos la toxina botulínica para el bloqueo muscular de los músculos masétero y temporal que son los responsables del bruxismo y todas sus complicaciones.
¿En que consiste el tratamiento? La toxina botulínica se aplica mediante una punción directa de los músculos involucrados, de esta forma los músculos tratados disminuyen notablemente su contracción muscular y se alivia en un 100% el bruxismo durante aproximadamente 6 meses. ¿Porque sólo por 6 meses? Esto se debe a la metabolización del botox en nuestro organismo, en palabras más simples, nuestro cuerpo tarda 6 meses en eliminar la toxina y volver a la normalidad la función muscular. Por esta razon, es que este tratamiento debe ser realizado cada 6 meses.
Cabe destacar que después de cada aplicación de botox el músculo se va haciendo más débil, si bien, a los 6 meses el efecto de la toxina botulínica va a desaparecer, y el músculo se volverá a contraer, este jamás se volverá a contraer como lo hacía previo a la aplicación de botox. Y esto es lo positivo del tratamiento con la toxina.
En conclusión, la toxina botulínica ofrece una excelente solución a los pacientes con bruxismo que no toleran los planos de relajación.